domingo, septiembre 09, 2007

Una nota que publica La Nación que me parece interesante.

Caen las expectativas de mejoras económicas

Una de las razones es la alta inflación, según un sondeo


Las expectativas sobre la evolución favorable de la economía sufrieron una importante reducción en agosto último, al alcanzar su medición un nivel 8,1% más bajo que un año atrás. El retroceso general fue resultado de las sumas de las caídas del 7,8% en la confianza en la situación actual; del 8,7% en la situación futura y del 7,6% en la intención de adquirir bienes durables. Así surge de la medición del índice general de expectativas económicas (IGEE) elaborado por la Escuela de Economía de la Universidad Católica (UCA) y TNS Gallup, que se difunde por primera vez. La encuesta incluyó 1010 entrevistas personales en 26 centros urbanos en la última semana de agosto.

Desde febrero de 2004, las expectativas económicas generales alcanzaron un valor mínimo en mayo de ese año, mientras que marcaron niveles récords en julio de 2006 y en enero último. Pero aunque repuntaron en julio, la tendencia general del corriente año ha sido a la baja. El valor alcanzado en agosto es el menor desde diciembre de 2005.

De todas formas, la percepción sigue por encima del período base, que es febrero de 2004. En el caso particular de la evaluación de la situación actual la mejora se debe a que en el último registro se percibió un progreso en el mercado laboral. En febrero de 2004, el 60% había respondido que había pocos o muy pocos puestos de trabajo disponibles, mientras que en agosto último esa opinión apareció sólo en el 40% de las respuestas.

En cambio, ha empeorado mucho la percepción sobre la evolución del costo de vida. En febrero último el 66% respondió que en los últimos 12 meses los precios habían aumentado mucho, mientras que el 30% evaluó que se habían incrementado "algo", y sólo el 4% consideró que no hubo cambios. En agosto, el 89% percibió que los precios subieron mucho; el 9% dijo que se encarecieron "algo", y apenas el uno por ciento respondió que no hubo variaciones en los últimos 12 meses.

Poca sustentabilidad

La serie muestra que la evaluación de la situación presente y futura presentan dinámicas propias y que la primera mejoró mucho más que la segunda. Según parece surgir de la medición, aunque la valoración de la situación actual mejoraba mucho, no lo hacía junto a la convicción de que tal estado era sustentable.

Con arranque para ambas percepciones en un valor de 100, la valoración de la situación presente y las perspectivas a corto plazo marcarón su valor pico en enero último con 130. En tanto, para la percepción del mediano plazo, la mejor medición fue precisamente la del valor base, del cual cayó para no recuperarse hasta ahora. La idea imperante parecería ser "estamos bien, pero vamos mal".

Aunque esta es la primera vez que el índice se difunde, las encuestas se realizan sistemáticamente desde principios de 2004, se indica en el primer reporte. También se aclara que el modelo es similar al empleado en el Reino Unido, Canadá, Noruega, Italia, Holanda, Israel, India y Corea, entre otros países.

TNS Gallup releva las expectativas económicas de los argentinos desde 1982 y de los datos surge que en cada recambio presidencial desde el retorno a la democracia las esperanzas de una mejora aumentaron significativamente.

Así ocurrió al asumir, en 1983, Raúl Alfonsín luego de la fortísima recesión con que terminó el Proceso. También con la asunción de Carlos Menem, en 1989, luego de la primera ola hiperinflacionaria.

El menor salto en las esperanzas de progreso, luego de un recambio presidencial, se produjo con la llegada al poder de Fernado de la Rúa, en diciembre de 1999, muy probablemente, porque el nivel no había caído tanto en los meses previos como en años anteriores.

También cuando Néstor Kirchner se hizo cargo de la presidencia, en mayo de 2003, se registró con intensidad el mismo fenómeno.

El valor más alto de las perspectivas se alcanzó con la asunción de Menem a su primera presidencia.

También aparece como dato curioso que la reelección del político riojano no mejoró las expectativas en 1995. Tal vez, porque fue visto como la segura continuidad de lo que ya estaba o, tal vez, porque pesó la recesión del efecto tequila, que estaba en su peor momento.

En ese sentido, aparece como una incógnita qué pasará si Cristina Fernández de Kirchner gana las elecciones. Si es vista como la continuidad de su esposo o no.

Por Jorge Oviedo
De la Redacción de LA NACION

viernes, septiembre 07, 2007